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Planta de Tratamiento de Purines: La Solución para una Ganadería Sostenible

Jul 2, 2025

En el corazón de la revolución agrícola moderna, un tema se ha convertido en protagonista indiscutible: la gestión eficiente de los residuos ganaderos. Entre ellos, los purines—mezcla líquida de excrementos y orina de animales, principalmente porcinos—suponen uno de los desafíos ambientales más relevantes del sector. El tratamiento inadecuado de estos residuos puede generar contaminación de suelos, aguas subterráneas y emisiones de gases de efecto invernadero. Es aquí donde entra en juego la planta de tratamiento de purines, una infraestructura clave que transforma un problema en una oportunidad.

Lejos de ser una simple instalación técnica, estas plantas son hoy símbolo de una ganadería responsable, con visión de futuro y compromiso con el entorno. En este artículo te explico todo lo que necesitas saber sobre ellas: cómo funcionan, qué beneficios ofrecen, qué tecnologías se están aplicando y qué marco normativo las regula en España.

¿Qué es una planta de tratamiento de purines?

Una planta de tratamiento de purines es una infraestructura diseñada para procesar y tratar los residuos líquidos generados por la actividad ganadera, especialmente en explotaciones intensivas. Su objetivo es reducir la carga contaminante de estos residuos y, en muchos casos, recuperar recursos aprovechables como agua reutilizable, abono o incluso energía en forma de biogás.

Estas plantas pueden instalarse in situ, en la misma explotación, o centralizadas, recogiendo los purines de varias granjas de la zona. La elección del modelo depende de factores como el volumen de producción, las características del terreno, la disponibilidad de superficie agrícola para aplicar los residuos, o las regulaciones ambientales locales.

Algunas funciones clave de estas plantas son:

  • Separar la fracción sólida de la líquida del purín.
  • Reducir el contenido de nitrógeno y fósforo.
  • Eliminar microorganismos patógenos.
  • Recuperar agua apta para riego o uso industrial.
  • Generar energía renovable a través de la digestión anaerobia.

Importancia de las plantas de tratamiento de purines en la ganadería moderna

En las últimas décadas, la intensificación de la producción animal, especialmente porcina, ha hecho que el volumen de purines generados se dispare. Una granja porcina media puede producir cientos de miles de litros de purines al año, lo que supone una presión enorme sobre el entorno si no se gestiona correctamente.

La sobreaplicación de purines en suelos agrícolas ha llevado en muchos casos a la contaminación de acuíferos por nitratos, lo que ha forzado a la Unión Europea a declarar zonas vulnerables a la contaminación por nitratos en varias regiones de España. Las consecuencias no son solo ambientales: también hay implicaciones legales y económicas para los ganaderos.

En este contexto, las plantas de tratamiento de purines se han convertido en una herramienta indispensable para compatibilizar la producción ganadera con la protección del medio ambiente. Además, se alinean con las directrices europeas del Pacto Verde, que busca una agricultura más sostenible y climáticamente neutra.

Procesos comunes en el tratamiento de purines

Las tecnologías de tratamiento varían según el tipo de planta, pero en general suelen combinar procesos físicos, químicos y biológicos. Aquí te explico los más comunes:

1. Separación de fases

El primer paso suele ser la separación sólido-líquido, mediante sistemas mecánicos como tamices, decantadores o prensas. Esta etapa permite recuperar la fracción sólida, rica en materia orgánica, que puede utilizarse como compost o abono.

2. Digestión anaerobia

Este proceso biológico degrada la materia orgánica en ausencia de oxígeno, generando biogás (metano) que puede ser utilizado para producir electricidad o calor. También reduce el contenido de patógenos y el olor de los residuos.

3. Nitrificación-desnitrificación

Es un proceso biológico más avanzado que transforma el nitrógeno amoniacal en nitrógeno gas, no contaminante. Suele realizarse en dos fases:

  • Nitrificación: se oxida el amonio a nitrato.

     

  • Desnitrificación: se reduce el nitrato a nitrógeno molecular.

4. Evaporación o concentración

En algunos casos, se aplica evaporación al vacío o sistemas de membranas (ósmosis inversa) para reducir el volumen de líquido y concentrar los nutrientes, facilitando su transporte o reutilización.

5. Secado y compostaje

La fracción sólida extraída puede secarse y compostarse, generando abonos orgánicos de alto valor que cumplen con las exigencias de fertilización agrícola y pueden ser comercializados.

Tecnologías innovadoras en el tratamiento de purines

En los últimos años, la innovación tecnológica ha irrumpido con fuerza en este campo, impulsada por la necesidad de cumplir normativas cada vez más estrictas y por el interés en maximizar el aprovechamiento de los recursos.

Algunas tecnologías emergentes incluyen:

  • Reactores biológicos secuenciales (SBR): permiten un control más eficiente de la nitrificación y desnitrificación.
  • Filtros de membrana y ultrafiltración: para purificar aún más el agua tratada.
  • Separadores centrífugos de alta eficiencia: que permiten extraer más sólidos con menos consumo energético.
  • Sistemas modulares: que permiten adaptar el tratamiento a la evolución del tamaño de la explotación.

También hay avances en digitalización y sensorización, con software que monitoriza en tiempo real la calidad del purín y el rendimiento de la planta.

Beneficios ambientales y económicos

Instalar una planta de tratamiento de purines no solo es una exigencia legal o una medida ambientalmente responsable, sino también una decisión estratégica para el negocio ganadero.

Beneficios ambientales

  • Reducción de emisiones de amoníaco, metano y óxidos de nitrógeno.
  • Protección de suelos y acuíferos frente a la contaminación por nitratos y patógenos.
  • Recuperación de agua reutilizable, lo que disminuye el consumo de agua potable.
  • Menor impacto odorífero, lo que mejora la relación con el entorno.

Beneficios económicos

  • Ahorro en fertilizantes gracias al uso del compost generado.
  • Generación de energía para autoconsumo o venta (biogás).
  • Cumplimiento de normativas, evitando sanciones y facilitando el acceso a subvenciones.
  • Valorización de residuos como subproductos comercializables.

Además, algunas comunidades autónomas cuentan con ayudas específicas para este tipo de instalaciones, lo que reduce el coste de inversión inicial.

Casos de éxito en España

España es uno de los países líderes en la producción porcina de Europa, y como tal, también ha desarrollado una infraestructura notable de plantas de tratamiento de purines.

Planta de Valderrobres (Teruel)

Operada por Tedagua, esta planta trata más de 90.000 m³ anuales mediante digestión anaerobia, decantación, ósmosis inversa y secado térmico. Destaca por su capacidad para generar biogás y compost, y por su eficiencia energética.

GExPurines

Especialistas en soluciones adaptadas a la realidad agrícola española, su sistema permite reducir drásticamente la necesidad de superficie agrícola para el vertido. Ideal para zonas con restricciones ambientales.

RAACPUR (Grup Carles)

Un modelo innovador de reactores biológicos para tratamiento biológico de deyecciones, pensado para integrarse con explotaciones ganaderas. Resalta por su modularidad y eficiencia.

Regulación y normativas aplicables

En España, la gestión de purines está regulada por varias normativas a nivel estatal y autonómico, entre las que destacan:

  • RD 261/1996 sobre protección de las aguas contra la contaminación producida por nitratos.
  • Directiva 91/676/CEE de la Unión Europea (Nitratos).
  • RD 506/2013 sobre productos fertilizantes.
  • Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), que promueve el uso de biogás.

Además, existen zonas vulnerables a la contaminación por nitratos donde las exigencias son aún más estrictas. En estas áreas, contar con una planta de tratamiento es prácticamente obligatorio para operar legalmente.

Conclusión

El futuro de la ganadería intensiva en España pasa, sin lugar a dudas, por una gestión eficiente, sostenible y tecnológicamente avanzada de los residuos ganaderos. La planta de tratamiento de purines no es solo una infraestructura técnica, sino un símbolo de modernidad, responsabilidad y visión empresarial.

En un contexto donde la presión ambiental, regulatoria y social crece cada día, las explotaciones que apuesten por estas soluciones no solo protegerán el medio ambiente, sino que también ganarán en competitividad, rentabilidad y reputación.

Invertir en tratamiento de purines es invertir en el futuro del campo.