La cría de vacas lecheras debe tener en cuenta la importancia de su comportamiento natural. Nuestra gestión moderna de la producción: alojamiento, salas de ordeño, comederos... nos ha permitido disminuir las tareas difíciles para los ganaderos y, al mismo tiempo, controlar muchos parámetros de rendimiento. Sin embargo, el confort diario de la vaca lechera debería ser uno de los primeros parámetros en los que deberíamos centrarnos. En efecto, la expresión del comportamiento de las vacas dice mucho sobre su nivel de bienestar, que es un elemento imprescindible para el rendimiento.
Particularidades de las vacas lecheras
Las vacas son animales sociales
Las vacas viven dentro del rebaño con interacciones complejas y sociales. En los sistemas de interior, la oportunidad de revelar un comportamiento natural puede verse reducida. Además, pueden competir más por el acceso a recursos como el pienso o el agua o estar más expuestas a problemas de jerarquía debido, en parte, a una posible densidad de población demasiado alta.
Las vacas son rumiantes
Aunque todos somos conscientes de ello, la capacidad de la vaca para digerir la fibra la hace muy eficiente para producir productos finales valiosos como la leche o la carne a partir de materias primas que son inútiles para los humanos. A cambio, la digestión de la fibra implica un tracto digestivo y un tiempo específicos. La ingesta de alimento y la rumia ocupan largas horas en el horario circadiano de la vaca.
Las vacas son muy dormilonas
A pesar del gran tiempo dedicado a la alimentación, otra actividad diaria ocupa más a la vaca: el descanso. El tiempo de descanso es aún más importante en un sistema de pastoreo cero en el que las vacas pasan la mayor parte del tiempo sobre el suelo duro. Estar tumbadas reduce la presión sobre las pezuñas y, por tanto, el riesgo de cojera. Además, el flujo sanguíneo a la ubre y la eficacia de la rumia también mejoran durante las siestas.
Con estas tres características como ejemplo, sabemos que dar a las vacas la libertad de satisfacer sus necesidades tendrá un impacto positivo en el bienestar de los animales y, en consecuencia, en la productividad.
El comportamiento de la vaca lechera y su productividad están relacionados
¿Cómo de perfecta puede ser la jornada de una vaca lechera?
Muchos estudios han observado y medido las rutinas de comportamiento de las vacas lecheras en un entorno de estabulación libre. Según Grant y Albright (2000), la actividad de una vaca lechera puede desglosarse de la siguiente manera:
12 a 14 horas/día de sueño/descanso;
7 a 10 horas/día de rumia;
3 a 5 horas/día de alimentación;
2 a 3 horas/día de socialización;
5 horas/día para beber y
de 2,5 a 3,5 horas/día de ordeño y paseo.
Las vacas lecheras necesitan realizar una lista de actividades durante el día para su propio bienestar y también para la producción de leche.
Una correlación directa entre el tiempo de descanso de la vaca lechera y su productividad ha sido estudiada por Grant et al. (2004). Se admite que cada hora adicional de descanso se convierte en 0,9 a 1,6 litros de leche.
Figura 1. Relación entre el tiempo de descanso y la producción de leche (de Grant, 2004)
¿Qué acontecimientos provocan cambios negativos en el comportamiento de las vacas lecheras?
Las modificaciones de las relaciones sociales permanentes dentro del rebaño y el hacinamiento repercuten negativamente en el descanso. Como resultado, las vacas adaptarán su horario: se favorecerá el tiempo de descanso a expensas de la ingesta de alimento. (Metz, 1985 ; Batchelder, 2000 ; Hill et al., 2007).
El impacto en la producción de leche se deberá a la reducción de la ingesta de materia seca por día, así como a la ingesta excesiva en los momentos de alimentación menos frecuentes.
Los comportamientos naturales pueden utilizarse como indicadores tempranos del bienestar y la productividad de los animales
Cuidar el bienestar de las vacas lecheras es esencial. Los cambios negativos de comportamiento están relacionados con situaciones o eventos percibidos negativamente por la vaca. La detección temprana de los cambios de la rutina diaria puede ayudar a identificar las situaciones que inducen al estrés para minimizar sus efectos negativos en el rendimiento posterior.
Entonces, ¿por qué no nos fijamos en los indicadores de comportamiento para evaluar el confort de las vacas lecheras? En la actualidad existen dispositivos de control individual como collares o podómetros. Recogen información sobre el rebaño. Por ejemplo, podemos enumerar:
Tiempo de reposo
Tiempo de rumia
Actividad
Además de la ayuda de las herramientas informáticas, también podemos dedicar tiempo a observar el rebaño cada día, idealmente a primera hora de la mañana, antes del primer ordeño. De este modo se pueden controlar las interacciones sociales, la locomoción y el comportamiento postural.
El mecanismo de respuesta al estrés
Las vacas lecheras se enfrentan a eventos estresantes inevitables que activan una respuesta innata al estrés. El patrón de lucha o huida desempeña un papel fundamental en el modo en que las vacas afrontan los factores de estrés de su entorno. Los mecanismos implicados preparan al animal para luchar o huir de la situación.
Existe una fuerte correlación entre el estrés y el comportamiento: por ejemplo, comer deja de ser una prioridad en situaciones de peligro. De hecho, el comportamiento es un indicador de la futura caída del rendimiento.
¿Cómo mitigar los efectos negativos del estrés en las vacas lecheras?
Además de proporcionarles todo el confort posible mediante el alojamiento, la alimentación, el suministro de agua o el manejo, otra solución es mejorar su capacidad de adaptación, ya que el entorno de las vacas cambia constantemente.
Actuar directamente donde comienza la respuesta al estrés: en el cerebro, lo hace posible. Se ha probado una solución innovadora basada en un extracto específico de cítricos en varias condiciones de producción con resultados interesantes.
Reducción del comportamiento agresivo en el momento de la alimentación: Se ha observado una ingesta de alimento más homogénea y una menor agresividad entre los compañeros de corral durante la alimentación, incluso con una alta densidad de población. Se han observado adaptaciones de comportamiento similares en un estudio más reciente llevado a cabo en vacas primíparas tras su agrupación.
Tiempo de actividad y descanso: Durante un ensayo con 2 grupos de vacas (duración =18 semanas), el número de pasos diarios disminuye significativamente en un 38%. Como consecuencia directa se ha mejorado la producción de leche: +2 litros/vaca/día.
Tiempo de rumia: Otro estudio realizado en la Universidad de Davis también midió que el tiempo de descanso de los animales supera el 28%. Por lo tanto, el uso de esta solución en las vacas hace que puedan descansar más y rumiar mejor con consecuencias positivas en la producción de leche y la eficiencia alimentaria, mejorada en un 7%.
Figura 2. Tiempo de descanso de las vacas lecheras alimentadas con la solución a base de extractos de cítricos (CE)
La monitorización del comportamiento permitió demostrar los beneficios de la modulación de la actividad de la amígdala y el córtex prefrontal, que son dos áreas cerebrales implicadas en la respuesta al estrés. La solución a base de extractos de cítricos aumenta la capacidad de recuperación de los animales. En las vacas lecheras, el uso de este suplemento puede ser interesante, ya que ayuda a las vacas a ganar bienestar y, en consecuencia, a expresar una mejor producción.
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