PUNTO CLAVE DE LA ECONOMÍA CIRCULAR
Los principales beneficios de la aplicación de purín en suelos agrícolas son:
Aumento de la materia orgánica en el suelo.
Mejora de la estructura del suelo, incrementando la esponjosidad de los suelos, favoreciendo el intercambio de gases y la retención de agua y nutrientes.
Aspectos económicos: ahorro de costes frente a abonos inorgánicos.
La valorización (gestión) de estos purines conlleva una serie de puntos de control, que influyen en la composición del purín, como son:
El control de la alimentación de los animales.
La gestión en granjas: uso racional del agua y gestión de los purines en origen.
La valoración del purín como fertilizante orgánico.
La aplicación en campos de cultivo.
PRINCIPALES PROBLEMAS DE LOS PURINES
COSTE
El componente principal de los purines es el agua, pudiendo llegar hasta el 97% de su composición. Por lo tanto, el transporte del purín hasta el lugar de su utilización es un transporte caro, puesto que la mayor parte del volumen transportado es agua. Asimismo, el tratamiento de depuración del agua de los purines es un tratamiento bastante costoso.
Existen distintas técnicas posibles de tratamientos de purín pero suponen un gran coste económico por la separación del agua y la depuración de la misma para permitir su eliminación directa: producción de biogas, generación de energía eléctrica o fabricación de fertilizantes sólidos.
Por lo tanto, el uso de estos purines, de manera rentable, se limita a las explotaciones agrícolas cercanas a las granjas.
MALOS OLORES
Presencia de olores desagradables tanto en la fosa de la granja como durante la aplicación en campo.
Para la aplicación en campo existen soluciones mediante cambios en los sistemas de aplicación, que reducen el contacto del purín con el aire. Son los denominados aplicadores de inyección, que depositan el purín directamente en la superficie o en las primeras capas del suelo.
PRESENCIA DE NITRITOS
Ya comentamos anteriormente que el principal componente del purín es el agua. Esto supone un efecto de dilución de los componentes de valor añadido en el purín (nutrientes fertilizantes, nitrógenos, fósforo, potasio, otros minerales,…).
Para reducir el coste del transporte del purín a largas distancia, se realiza la aplicación a altas dosis en campos cercanos a las granjas, y esto puede suponer un problema por contaminación por nitritos de los acuíferos o pérdida de nitrógeno por lixiviación.
VALORIZACIÓN DEL PURÍN
La definición de la valoración de los purines incluye el aprovechamiento de los purines generando un beneficio minimizando el impacto medio ambiental de los mismos.
La valorización es un proceso tecnológico por el que se transforma un subproducto de las granjas, de escaso valor, en un fertilizante homogéneo, que implica un conocimiento de la composición del mismo.
La aplicación de este purín “valorizado” se realiza en dosis controladas en función de las necesidades del cultivo.
Existen varios factores que pueden modificar la composición de los purines, como pueden ser:
El origen: especie animal de procedencia.
Régimen de la explotación: intensivo, pastoreo, cama de paja, cama de arena, …
Tipo de alimentación y su composición.
Gestión de agua: tipo de bebederos
Fosa de purines: cubierta o abierta.
Asimismo, los principales elementos que caracterizan el purín y que determinan su valor añadido son:
Contenido en nitrógeno (N), Fósforo (P) y potasio (K), denominado NPK. Puede sustituir el uso de fertilizantes inorgánicos, habitualmente caros.
Oligoelementos (Manganeso, Molibdeno) ácidos húmicos, son compuestos que aportan al suelo mejoras de fertilidad, de la capacidad de intercambio iónico y en la estructura.
TRATAMIENTO DEL PURÍN
Los purines pueden utilizarse mediante uso directo como fertilizante o la fabricación de un fertilizante quimorgánico.
La elaboración de un fertilizante quimorgánico consiste en el análisis de la carga de una cisterna, aportar los fertilizantes químicos hasta completar una fórmula final previamente determinada en función de las necesidades del campo donde se va a aplicar. Estos fertilizantes con base purín permiten la valorización puesto que cuentan con la ventaja sinérgica de ambos tipos de sustancias, normalmente aumentando la fijación y disponibilidad de los abonos químicos para las plantas.
Aumenta el valor del purín, permitiendo un transporte más rentable a distancias más largas y su aplicación a dosis adecuadas en el campo.
Además, el purín puede someterse a un proceso de tratamiento completo, obteniéndose un lado, agua y, por otro, un residuo sólido que se podría utilizar como fertilizante orgánico sólido. Existen distintos métodos para llevar a cabo estos tratamientos:
Solarización – Evaporación
Secado térmico directo
Biometanización, en un biodigestor, donde se lleva a cabo una fermentación de la materia orgánica del purín produciendo metano (CH4), que se puede reutilizar para producir calor o energía eléctrica mediante un generador de biogás.
Depuración: obtención de una fracción líquida (agua) y lodo (fertilizante)
Plantas de nitrificación desnitrificación (NTDN), favorecen los procesos naturales de las bacterias en un entorno aerobio (en presencia de oxígeno) convirtiendo el amoniaco (NH3) a nitrato (NO3) y luego favorecen el proceso anaerobio (sin O2) que pasa el NO3 a gas nitrógeno (N2) (inocuo).
ETAPAS EN LA VALORIZACIÓN DEL PURÍN
HOMOGENIZACIÓN
Uno de los problemas principales en la gestión del purín es que posee un bajo poder fertilizante con uso directo, ya que la mayor parte de su composición es agua, que no aporta nutrientes al suelo. Este motivo hace que el transporte del purín sea caro.
Por lo tanto, un primer paso consistirá en aportar valor al purín lo antes posibles: en la fosa o en la granja, debido al alto coste de este transporte.
El purín pasa un tiempo variable en la fosa, en función de la explotación, el manejo y el tamaño de la fosa o balsa.
Durante este período se producen distintas reacciones químicas formándose agregados y costras que dificultan el manejo.
El primer paso para la valorización del purín es, por lo tanto, su homogeneización, para disminuir la variabilidad en la composición y facilitar su manejo. De esta manera las partículas, componentes y sus unidades fertilizantes, estarán disponibles en todo su contenido.
La recomendación principal es la conexión de un batidor a un tractor agrícola para la homogenización.
Existen otros sistemas con bomba eléctrica sumergida (hélice) pero requieren una gran inversión, necesita mucha potencia eléctrica (no siempre disponible) y las posibles averías son bastante engorrosas (se sitúan sumergidas en el purín).
Además, requieren un batido frecuente (la legislación permite batir las balsas antes de vaciarlas, pero no de forma frecuente para evitar emisiones de NH3).
Asimismo, productos a base de bacterias y enzimas, como el THOR FULL-EQUIP, para favorecer la fermentación de la materia orgánica y acelerar la descomposición del purín, mejorando su calidad y manejo.
Reduce la formación de costras en el purín y disminuye los atascos en las tuberías, evitando problemas de sedimentación en fosas. THOR FULL-EQUIP proporciona una mayor homogeneidad del purín favoreciendo su aplicación en campo.
Además: mejora la conservación del nitrógeno (en forma de proteína microbiana y no en forma de amoníaco). Cuando se aplica en campo, este nitrógeno en forma de proteína microbiana es óptimo para nutrir la microbiota edáfica. Esto, a su vez, conduce a una mejor salud del suelo, a una menor abrasión de los cultivos y a un mejor rebrote, ayuda a disminuir la presencia de malos olores y la presencia de moscas en las instalaciones, por disminución del nivel de amoníaco emitido por el purín y la descomposición de otros compuestos sulfurosos por parte de las bacterias incluidas en THOR FULL-EQUIP.
ANÁLISIS
El objetivo del análisis del purín es obtener una estimación de los kilogramos de cada elemento que va a tener la fosa a lo largo del tiempo.
Existen dos tipos de análisis:
· Análisis DIRECTOS, mediante toma de muestras y su análisis en laboratorio.
· Análisis INDIRECTOS, mediante sensores externos, conductímetros, NIR,… Son más inmediatos (se pueden leer en campo) y permiten analizar cada carga de cisterna.
Como ejemplo, en porcino de cebo, podemos consultar las tablas DARP de la Generalitat de Catalunya (Inici. Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural (gencat.cat):
Se establecen 7,25 kg de N, 4,07 kg de P2O5 y 5,34 kg de K2O por cerdo/año.
A lo largo del año para 1000 cerdos en engorde, serían 7.250 kg de N, 4.070 kg de P2O5 y 5.340 kg de K2O, y los precios de mercado de 2019 por Kg de Unidad Fertilizante (UF) de 0,90 €/kg de N, 1,26 €/kg de P2O5 y 1,08 €/kg de K2O.
El valor total de la fosa será de 17.420 € /1000 cabezas de cebo (explotación pequeña)
Las unidades de fertilizante pueden estar en distinto volumen, debido a un “efecto de dilución” ya que depende mucho de la cantidad de agua presente y la gestión del agua en la explotación.
La gestión de esta información, así como las calibraciones de los sensores indirectos de cada fosa/balsa de purín, de forma adecuada, permite lograr una buena estimación del potencial fertilizante del purín que transporta una cisterna en concreto, lo que va a permitir una utilización mucho más precisa, sostenible y económicamente rentable del purín como fertilizante.
PLANIFICACIÓN
El purín es un abono de proximidad, planificar cuando aplicarlo no depende de cuando la fosa esté llena, si no de las necesidades del cultivo donde se va aplicar, de su estado fenológico, así como de factores externos como el clima.
Previamente se debe decidir si se va a utilizar el purín directamente o se va a someter a algún tratamiento de corrección de su formulación para potenciar su poder fertilizante y minimizar su impacto en el medio ambiente.
En esta planificación (momento y cantidad a aplicar y tratamiento del purín), debe tenerse en cuenta la regulación normativa que puede establecer límites de dosis, volúmenes o determinadas épocas para la aplicación.
APLICACIÓN
Para el control de la aplicación, tanto administrativa como agronómica, se deben tener en cuenta y anotar los datos en cada carga en granja, los valores del análisis de cada cisterna, apuntar el código SIGPAC en cada recinto y, con ayuda de unas tablas de referencia, estimar los m3 a aplicar en cada parcela según la composición.
Además, se deben cruzar estos valores con unas tablas de fertilización teórica, en función de la producción objetivo del cultivo para calcular finalmente la velocidad de avance de la cisterna que es el principal parámetro que determina la dosis de fertilizante que se está aplicando.
Realizar estas anotaciones y cálculos al mismo tiempo que se realiza la tarea de aplicación resulta tremendamente complicado.
Por ello existen en el mercado plataformas que integran todos los procesos y permiten, de forma muy sencilla para el usuario, la valorización del purín teniendo en cuenta su capacidad como fertilizante, el análisis de las variables más importantes en la aplicación en campo, analizando todos las variables señaladas y su utilización como fertilizante y no como residuo.
HIGIENIZACIÓN
Una vez que se ha aplicado el purín al campo de una forma homogénea, en teoría ya hemos terminado el proceso de valorización del purín.
Por una parte, se homogeniza el producto para que no exista variabilidad (homogenización) y por otra se analiza su composición (análisis).
En función del cultivo al que va destinado y el momento de aplicación que se va a aplicar una u otra dosis e incluso a modificar la composición del purín (planificación) y posteriormente se ha aplicado de forma homogénea al terreno (aplicación).
Sin embargo, existe una etapa fundamental para que la aplicación de purín sea compatible con la producción ganadera: la limpieza e higienización, ya que es importante evitar que los purines actúen como vector de enfermedades.
Para ello es fundamental (y obligatorio) llevar a cabo tareas de limpieza y desinfección antes de cambiar de explotación o incluso al cambiar de fosa dentro de la misma explotación.
BENEFICIOS DE LA VALORIZACIÓN
MEDIOAMBIENTALES
Una vez que decididos a modificar la composición del purín, lo principal es tener claro cuáles son las necesidades del cultivo objetivo al que hay que aportar el fertilizante. En función de la especie, la producción esperada y el estado fenológico del cultivo, se puede adaptar la composición del fertilizante.
Aunque la capacidad fertilizante del abono quimorgánico va a ser superior a la de fertilizantes químicos tradicionales, se puede considerar (por principio de prudencia) que el cultivo va a requerir las mismas unidades fertilizantes que se aportaban con fertilizantes químicos y las relaciones y mejoras que aporta el fertilizante orgánico que sean un efecto a mayores.
ECONÓMICOS
El precio de las materias primas, sin duda, va a condicionar el producto final que se va a sacar como abono quimorgánico y en función su precio y disponibilidad de purín en la explotación.
TÉCNICOS
Un factor que es muy importante cuando se trabaja con purín es la distancia de la parcela destino donde se va a aplicar y en función de que ésta esté más o menos lejos, también se puede jugar con la composición:
Si la parcela está muy lejos (10 km, por ejemplo) quizás se prefiera aportar una dosis más alta a tener que realizar más trayectos, aumentando el coste del transporte.
Si se está junto a la granja de origen, el coste del transporte se minimiza y aumenta la disponibilidad de purines, por lo que puede ser una buena estrategia usar el método tradicional, sin aportación de abonos químicos, aunque no se aprovechen todas las unidades fertilizantes.
FUENTES:
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